Consecuencias de la contaminación ambiental
Son muchas las consecuencias que tiene la contaminación ambiental en nuestro planeta y todas ellas generan una gran preocupación por sus efectos en la salud tanto de nuestro medio natural como la de sus ciudadanos.
Calentamiento global
La principal consecuencia de la contaminación ambiental es el calentamiento global. Este fenómeno supone un aumento considerable de la temperatura del planeta de forma progresiva tanto a nivel atmosférico como en los mares y océanos.
El carbono negro, el ozono troposférico y el metano son los responsables de entre el 30% y 40% del calentamiento global, según Coalición Clima y Aire Limpio. Todo esto provoca que los veranos cada vez sean mucho más calurosos y que las temperaturas medias duren cada vez menos tiempo.
Desarrollo de enfermedades
La contaminación ambiental supone un riesgo para la salud humana así como para los seres vivos que habitan en los ecosistemas.
Según afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica, derivada de la presencia de agentes contaminantes como el monóxido de carbono, aumenta las posibilidades de padecer enfermedades o incluso provocar la muerte. Entre ellas, encontramos enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas como el cáncer de pulmón y las enfermedades cardiovasculares.
Pérdida de la biodiversidad
La tala indiscriminada, la explotación excesiva de los recursos naturales y la emisión de gases contaminantes a la atmósfera amenazan la vida de miles de especies de animales y plantas. Esto se debe principalmente porque ven reducido su hábitat y provoca que algunas lleguen incluso a la extinción.
La pérdida de la biodiversidad está causando una extinción masiva de especies.
Gracias a la biodiversidad del planeta tenemos alimentos, ropa, materiales, medicamentos, agua de calidad, etc. Los expertos en conservación alertan de que vivimos una “sexta extinción masiva” debido a la desaparición acelerada de especies en las últimas décadas por varias amenazas provocadas por los seres humanos, como la destrucción de los hábitats, el uso insostenible de los recursos naturales, el cambio climático o la contaminación. Por ejemplo, la desaparición de las abejas está poniendo en peligro la mayoría de los cultivos de frutas, hortalizas y vegetales, así como plantas no cultivadas que impiden la erosión del suelo, ya que estos insectos son claves en su polinización.
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